Un regalo de Santa Claus

cuento infantil navidad un regalo de santa claus cuentos de educación financiera
Ese 24 de diciembre Santa Clos llegó tarde a visitar a la familia Sánchez, no había contado con que ellos habían migrado a otro país, dejando su natal México por EUA...no lo había anotado en su agenda.

- La verdad... con tanto trabajo, - se dijo Santa, al tiempo que se quitaba el sudor de la frente con el pañuelo - , se me olvidó tomar nota de ello. 

Cuentos infantiles de educación financiera 


Y el resultado, era su demora en la casa de la familia Sánchez.

Carla y Adrián eran los niños que esperaban la visita de Santa Clos con sus regalos. Para no desesperarse por su retraso, en compañía de su mamá, salieron a patinar sobre las aguas congeladas del lago, que estaba cerca de su casa. Sabían que Santa vendría, como todos los años.

Y así sucedió, Santa llegó, ...aunque bastante tarde. Quien lo vió en la ventana fue el gato Mirrú, la mascota de la familia, que al ver a un señor con tan rara vestimenta maulló y se escondió tras el armario. Santa Clos se quedó afuera un momento más, esto, para cerciorarse que no hubiera nadie en casa, pues es de todos conocido que a Santa Clos nadie lo debe de ver, ¡y menos los niños! Hizo un mohín, pues vió que la chimenea estaba prendida...no quería quemarse los pantalones..., ni sus blancos bigotes, por lo que intentó abrir la ventana, que para su buena suerte...estaba abierta. Entonces, decidido, entró a la casa.

Cuentos para niños de finanzas un regalo de santa clos



De su valija extrajo cajas de regalos de muchos tamaños y después... con suma delicadeza, sacó una bella mariposa monarca de papier mache con un hilo de seda largo, atado a su pancita. Santa al mover sus alas hizo que sus hermosos colores brillaran por toda la habitación. Tomó entre sus manos el hilo de seda y acercándose una silla, de puntitas, pudo -con algunos tropiezos - colocar, pendiendo del techo, el juguete de papier maché. Entonces, sonriente, se despidió del Mirrú, quien espiaba todos sus movimientos de detrás del armario:

-Ahora sí, gatito. Santa Clos parte de esta casa, no sin antes haberles dejado a Adrián y a Carla todos sus regalos. Y para reparar mi retraso les estoy dejando un regalo más...¡una mariposa monarca! Les encantará, pues sé que ellos son originarios de Michoacán, México...¡Violá! Ahora voy a Francia a dejarles a otros niños sus regalos.

Y diciendo esto pegó un brinco hacia la ventana y desapareció en la oscuridad de la noche.

Cuentos cortos para niños con moraleja el regalo de santa claus


Un poco más tarde, entraron a la casa los niños Sánchez y su mamá, titiritando de frío. Por la corriente de aire que se generó al abrir la puerta, lo primero que vieron fue el hermoso aleteo del animalito de juguete que pendía del techo de la sala, así como los colores radiantes que proyectaban sus alas sobre los muros.

-¡Wow, una mariposa monarca! Qué lindo regalo nos dejó Santa. 
Exclamaron los tres al mismo tiempo.
Esa noche abrieron sus otros regalos y cenaron un delicioso pavo que la señora Sánchez siempre preparaba para esa ocasión especial. Mientras los arropaba en sus camas, su mamá les dijo: "No sé si recuerden, pues eran muy chiquitos. Hace algunos años, cuando estábamos en México, los llevé a conocer el Santuario de las Mariposas Monarca. ¿Se acuerdan del bosque de árboles altos y corpulentos, como el oyamel?"
cuento infantil navidad un regalo de santa claus cuentos de educación financiera
Adrián, adormilado, sólo alzó sus cejas para murmurar algo así como "yo no me acuerdo". Pero Carla se incorporó y le contestó entusiasmada a su mamá: "Sí, llegamos a un sitio, como dices tú, lleno de árboles muy altos. Sus troncos y sus ramas estaban tapizados de mariposas. Eran tan hermosas como la que nos regaló Santa Clos... ¡Claro que me acuerdo!"
La señora Sánchez continuó: "¿Recuerdas que eran miles? ¿Te platiqué que en invierno emigran de la frontera de Estados Unidos y Canadá hacia México para buscar el calor de nuestra tierra e hibernar en ella? Vuelan más de 3 mil kilómetros, una distancia enorme, ¡y lo hacen en tan sólo 25 días!"
-Oh, la verdad sólo me acuerdo de haberlas visto hi-ber-nan-do en las ramas de los árboles de Michoacán. Creo que era muy pequeña para acordarme de lo demás... ¿qué es hibernar, mamá?
-Es una especie de sueño en el que se sumen algunos animales durante el invierno para sobrevivir, después en primavera despiertan y continúan con su ciclo de vida. La mariposa monarca es uno de ellos. 
-¿Y cuando pasa el invierno qué hace?
-Las hembras se aparean con los machos y regresan a las montañas de Norteamérica, de donde vinieron, ahí ponen sus huevecillos; éstos, con el tiempo, se transforman, primero en una larva, después en una oruga y luego en una hermosa mariposa.
-Tan bellas como la que tenemos en nuestra sala....
Su madre asintió y concluyó: "Bueno, ahora a dormir."

Cuentos para niños el regalo de santa

Pasó la Navidad y el regalo de Santa Clos continuaba pendiendo del techo. A Carla y a Adrián siempre les maravillaba verlo. Cuando no había corriente de aire en la habitación la mariposa se quedaba quietecita, entonces Carla -arrellanada en el sillón- le contaba a su hermano sobre los bosques de Michoacán en donde hibernaban cientos de miles de mariposas sobre las ramas y los troncos de los oyameles. Adrián suspiraba: no recordaba nada. Su hermana lo consolaba: "No te preocupes, así pasa cuando uno es muy pequeño... no te acuerdas de nada o de muy poco."
Un día Carla tuvo una idea. "Oye, mamá, qué tal si tú y yo, sin que Adrián sepa, hacemos muchas mariposas de papel maché, como la que nos regaló Santa, y las colgamos todas en la sala. Así, Adrián, que no recuerda el Santuario, podrá verlas, aunque sea así."
A su mamá le encantó el plan de Carla, así que todos los días, mientras Adrián no estaba, se ponían a elaborarlas.
Llegó el día. Antes que Adrián despertara, colgaron todas las mariposas del techo de la sala, junto a la de Santa. Para que se movieran con la corriente de aire abrieron las ventanas en el momento que Adrián bajaba las escaleras. El niño apenas y se dio cuenta se quedó con la boca abierta. ¡Sí, allí estaban, en su casa, muchas, muchas monarca moviendo sus alas! Ahora podría decir que las había visto, hibernando en su casa.


-Mamá, ahora que lo pienso, nosotros somos como las mariposas. Hemos emigrado de nuestro país a éste en donde tenemos mejores oportunidades para vivir, así como lo hacen ellas, ¿no es así?"
-Sí, hija. Así es -le contestó su mamá acariciándole el cabello.

Por la tarde, invitaron a los vecinos a su casa y a cada uno, al despedirse, le regalaron una monarca. Fue así como hicieron más amigos en Estados Unidos, país que los había acogido como inmigrantes.

Comentarios

Entradas populares